martes, 15 de julio de 2008

"Boss, I think I've found you a genius."


Esas fueron las palabras de Bob Bishop en un telegrama enviado a Matt Busby, en alusión a un joven de 15 años que vió jugar en el Cregagh Boys' Club, un equipo de barrio en Belfast, Irlanda del Norte. Ese mismo chico marcaría una época dorada en el Manchester United y entraría con creces en el Olimpo del fútbol.

Siempre he tenido especial debilidad por los extremos porque suelen reunir la estética del fútbol: regate, velocidad, cambio de ritmo, habilidad,... y él lo tenía todo. Sin duda, una de esas perlas que nos deja la historia del fútbol, un placer para la vista.

En 1963 debutó con sólo 17 años en el Man.U y no tardó en encandilar a la hinchada. Formó parte de un equipo imponente junto a Denis Law y Bobby Charlton. Regates en carrera, recortes en seco, siempre lograba escabullirse de cualquier rival con el balón pegado a los pies, trazando así jugadas de ensueño y marcando goles memorables.

Dado su talento, su imagen de rockero y su vida llena de vicios y excesos, podría decirse que fue el primer futbolista mediático. De hecho, fue apodado "el quinto Beatle". Tras alcanzar la gloria europea en 1968, empezó el declive.

Fiel a su condición de extremo, adoptó su posición como modelo de vida pero siempre será recordado por su juego eléctrico y por su calidad sobresaliente. En las gradas de Old Trafford a veces aún se escucha aquello de "We all live in a Georgie Best world" a ritmo de Yellow Submarine. Las leyendas no mueren y George Best lo es.


"I spent a lot of money on booze, birds and fast cars. The rest I just squandered."
George Best (1946-2005).

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